La estrategia de Italia para que se deje de usar el dinero en efectivo
Italia es un país que lo tiene todo, historia, turismo, costa mediterránea… Es un país totalmente instalado en el siglo XXI, pero hay un detalle en el que parece estar quedándose atrás y es en el uso del dinero en efectivo ya en el país transalpino aún existe una enorme resistencia a dejar de pagar con los billetes, bien sea en supermercados, restaurantes o tiendas, y es que existen tiendas donde ni si quiera es posible realizar el pago de otra manera que no sea en efectivo, como por ejemplo los taxis y las máquinas del metro de Roma. Durante 2017 el 86% de las compras se hicieron en efectivo.
El gobierno italiano quiere cambiar este hecho y ha presentado en el borrador de los presupuestos, realizado por Roberto Gualtieri, un ambicioso plan denominado “Italian Cashless” con el que se pretende aumentar el número de transacciones electrónicas con tarjetas de crédito y débito lo que favorecerá la transparencia frente a la evasión económico.
La principal medida es rebajar el límite actual de 3.000 euros para pagos en efectivo a 2.000 euros para el próximo año y posteriormente rebajarlo a 1.000 euros. Otras de las medidas son las multas a los establecimientos las multas serán de 30 euros más el 4% del valor de la transacción, estas multas solo se aplicarán a aquellos que solo acepten pagos en efectivo. También se tiene en mente que en 2020 solo se puedan desgravar las compras efectuadas a través de tarjetas o transferencias.
Pero aún hay más, la capital italiana creará una lotería para premiar a los que paguen de manera electrónica, para esta lotería se han destinado 70 millones de euros. Este sistema ya ha sido probado en otros puntos de Europa como Malta o Portugal y que se basa en que los propietarios de los recibos ganadores, identificados previamente con un número, optarán a un cuantioso premio.
El plan “Italian Cashless” pretende luchar contra la evasión fiscal que se ha marcado el gobierno italiano como prioridad en sus nuevos presupuestos, según los primeros estudios recaudarán 7.000 millones de euros para las arcas del estado italiano.
Este plan no gusta a todo el mundo y es que miembros del colectivo denominado Movimiento 5 Estrellas observan el plan con desconfianza porque consideran que esto, no está enfocado a la lucha contra los grandes evasores fiscales y si contra los pequeños establecimientos. Ya que según un economista italiano el 42% de los beneficios de las grandes empresas no llega a pasar por las manos de la hacienda italiana.